La presencia árabe en la península ibérica durante siglos dejó una huella indeleble en la cultura, la arquitectura y la gastronomía de España. Ejemplos de esta influencia incluyen la arquitectura islámica en la Alhambra de Granada, los azulejos decorativos en Sevilla y la introducción de ingredientes como el arroz y las especias en la cocina española. Esta herencia árabe sigue siendo evidente en muchos aspectos de la vida española y agrega una capa adicional de diversidad y riqueza cultural al país.